Fuente http://www.elmundo.es
Junio del 2012. Gerardo Boto, profesor de Historia del Arte Medieval de la Universidad de Girona, llega al claustro de la finca del Mas del Vent de Palamós a través del anuncio que publicó una revista francesa de decoración. Movido por la curiosidad, el historiador se desplaza hasta la finca para estudiar la época y el contexto del claustro. Analizados los elementos y el material de los mismos, Boto afirma que el claustro es románico, original del siglo XII, así lo demostraba el desgaste de la piedra, los sillares de las esquinas, en los capiteles…Su investigación apuntaba a que podía pertenecer a la corona de Castilla, concretamente, al claustro de la antigua catedral de Salamanca.
Una visión que no comparte la Generalitat de Catalunya. La institución ya ha presentado dos informes en los que desmiente cualquier origen medieval. El primero, publicado en julio de 2012, manifestaba que es «una presentación artística y monumental elaborada en tierras castellanas y leonesas durante el primer tercio del siglo XX«, aunque sí dejaba entrever la existencia de «un cierto número, aún por determinar, de piezas antiguas y elementos propiamente románicos«, algo que se negó por completo el pasado miércoles, cuando Eduard Carbonell, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Girona, y responsable del segundo informe, explicó que el claustro era falso. «No se ha identificado ninguna capa o película que pueda utilizarse como un indicador de la antigüedad de los capiteles. Sí en cambio se identifica una limpia mecánica con cepillos metálicos y zonas puntuales rehechas. A la vez que algunos capiteles están inacabados. No se ha identificado ningún elemento o dato que se pueda atribuir claramente al periodo medieval«.
En esta nueva investigación, de más de 800 páginas, se ha analizado la documentación del Archivo Capitular y del Archivo Diocesiano, el fondo de la Biblioteca y Hemeroteca de la Universidad de Salamanca, la prensa de la época y la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid así como los restos escultóricos que aún se conservan en la catedral románica de Salamanca, todo ello ha llevado a que Carbonell y su equipo aseguren que se trata de «un claustro que se construye a principios de la tercera década del siglo XX en el solar de Ciudad Lineal«.
En el documento también se recogen las partes que se habrían copiado de otras estructuras originales. «Los arcos de Mas del Vent son una réplica del claustro de San Juan de la Peña (Huesca) […] Las bases de las columnas son una copia de las bases del arquitecto Ricardo Magdalena que hizo la restauración de San Juan de la Peña a finales del siglo XIX. En Palamós las bases forman un solo bloque con el pilar que las soporta, cosa no habitual en el arte románico».
El inicio del combate
Una investigación que contradice de principio a fin la versión del profesor Boto, quien ya en noviembre de 2013 presentó un nuevo informe con el geólogo y profesor de la Universidad de Barcelona, Màrius Vendrell. En él, refutaban la versión de la Generalitat y defendían la autenticidad medieval de la construcción con nuevas pruebas, como el material utilizado, piedra de Villamayor, recurrente en todas las construcciones del siglo XII de Salamanca. Este hecho probaba se trataba de una construcción de carácter antiguo.
En aquel texto también señalaron numerosas similitudes entre el claustro de Palamós y la catedral de Salamanca, como la distancia entre ambos (22,79 metros en su origen), la caligrafía barroca que se encuentra en el claustro o la medida de la anchura de los pasadizos de la antigua catedral de Salamanca, que encajan con los de Palamós. Conclusiones que probaban que el emplazamiento podía estar ligado al desmontaje del claustro de Salamanca debido al terremoto de Lisboa, en 1783. Aunque estaba previsto que se reconstruyera con las antiguas piedras, ya en el siglo XVIII se acaba por edificar un nuevo claustro. Estas piedras permanecerán hasta 1923, fecha en la que la catedral decide vender las piedras que se encontraban en el jardín. Ese es el año donde se inicia la duda sobre su origen, ya que el anticuario, Ignacio Martínez, construye el claustro de Ciudad Lineal. Éste sería el supuesto conjunto románico trasladado en los años 50 a Palamós.
«Estamos muy seguros de la autenticidad. Las formas de erosión que presenta la piedra no se pudo haber hecho en Palamós. Los argumentos que ha publicado la Generalitat son insostenibles, no encajan. Hemos pedido el informe pero nadie lo ha visto. No nos han dado la oportunidad de reargumentar . Lo que han hecho no es ni estético ni ético, han actuado con poca seriedad», remarca Màrius Vendrell, quien asegura que en aquella primera comisión «había presiones para decir que era una recreación historicista por parte de Joan Ploma, director general del Patrimoni Cultural».
Por su parte Gerardo Boto ha evitado pronunciarse hasta que estudie este nuevo informe con calma «necesito conocer qué se dice, cómo, si se explica. Quiero saber si hay otros argumentos para contraponerlos, sino difícilmente puedo tener un punto de partida».
Bien de interés nacional
A pesar de este tira y afloja, lo que sí se ha puesto en marcha, debido a la desprotección en la que se encontraba, han sido los trámites para declararlo bien de interés nacional en la categoría de monumento histórico. Así lo comunicó el departamento de Cultura de la Generalitat tanto a los propietarios del claustro como al Ayuntamiento de Palamós. Esta declaración comportaría la prohibición de parcelación, edificación o derribo en la zona afectada aunque el Departamento de Cultura sí podría autorizar la realización de las obras que sea manifiesto y que no perjudiquen a los valores culturales de la construcción.
Un reconocimiento que ya expresó el conseller de Cultura, Ferran Mascarell el 31 de julio de 2012, cuando tras presentar el primero de los informes remarcó la necesidad de incorporar el conjunto al inventario del patrimonio catalán «para recibir la protección adecuada. Instar al ayuntamiento de Palamós para que sea declarado bien de interés local y que se asegure en primera instancia su conservación y estudio». Parece que en este punto no hay discusión.