La «Muerte Pelona» (Tejeda de Tiétar, Cáceres).

La incrustación de antiguas Lápidas, grabados, relieves en edificios religiosos ha sido muy usual a lo largo de los tiempos y de toda la Geografía Española, su función era doble; por una parte la reutilización de materiales anteriores ya tallados y que fueran resistentes y que servían para una nueva construcción, generalmente las piedras labradas que servían como un elemento mas e incluso como elemento decorativo; por otra parte la simbología de «sacralizar»  elementos paganos o simplemente desconocidos al que se atribuían algún tipo de poderes, magia o que había pertenecido a algún Santuario precristiano. Curiosamente esta reutilización nos ha servido para que lleguen al día de hoy numerosos ejemplos de estos elementos, adosados a muros, no solo de edificios de religiosos, sino también civiles. Este es el caso que nos ocupa en este Post, la Lápida de la Iglesia de San Miguel de Tejeda de Tiétar, conocida en la zona como «la Muerte Pelona«, una lapida de no más de 0,87 metros de largo por 0,38 de ancho, con una larga historia a sus espaldas.

¿Que es la Muerte Pelona?

La «Muerte Pelona» es una lápida granítica o Ara Votíva que se halla incrustada en la pared sur de la Iglesia de Tejeda de Tiétar  y que posee la siguiente inscripción:

«Votvm fecit libe (nier) Selais Duillis Ivlive»

«Julio hizo un voto libremente a las Selais Duillas»

Ha sido datada  sobre el  siglo III basándose para ello en la falta de abreviaturas. Se trata de una figura antropomorfa que cubre su cabeza con un tocado, una especie de  sombrero de picos o montera; parecen verse  los brazos que sujetan con sus manos a la falda o enagüa que llega hasta la rodilla, y sus piernas ligeramente curvadas, distinguiéndose claramente los pies descalzos que bailan de puntillas.

Sus dimensiones alcanzan 0,87 m. de larga y 0,38 m. de ancha. La ubicación adosada dentro de un muro nos impide conocer el grosor.

Las «Selais Duillas»

Los estudios nos dicen que eran unas diosas prerromanas.  En cuanto a Selais se ha documentado una divinidad conocida como Selu, con un ara encontrada en Ibahernando, por lo que parece que comparte raíz con el Sela o Sala indoeuropeo que significa río, y en cuanto a Duillas se cree puede derivar de la raíz también indoeuropea dhal o dhel, con significado de brotar o florecer. Bien pudieron ser unas divinidades consagradas al próximo Tiétar. Estas deidades de la Vegetación, se las debió festejar de una manera muy particular sin que faltara la danza. Y un danzante es precisamente el que se halla retratado en el ara votiva de Tejeda, que ejecutaría su arte en honor a las Duillas.

El Apedreamiento Ritual

Es muy curioso que la lápida de Tejeda ha sido objeto de un apedreamiento que podemos definir de ritual, que ha llegado incluso hasta casi la actualidad, responde a una continuidad o pervivencia etnográfica, lo que equivale a decir que el ara votiva ya era apedreada en su primitiva ubicación. La lapidación en este caso, al igual que la danza que aparece en la lapida, constituye un mecanismo potenciador de la fertilidad. Algunos autores afirman que ue la figura que se apedrea en Tejeda no es otra cosa que una víctima inmolada por ese apedreamiento y que precisamente esa figura pétrea  sustituyó a la persona que era lapidada, ya que actuando sobre una imagen se conseguían los mismos efectos que ejerciendo la violencia contra la persona en ella representada.

¿Como Llegar?

Tejeda de Tiétar está situado al noreste de la provincia de Cáceres, en la parte occidental de la comarca de la Vera. Pertenece al partido judicial de Plasencia. Limita con los municipios de Arroyomolinos de la Vera, Gargüera de la Vera, Malpartida de Plasencia, Toril, Majadas de Tiétar y Pasarón de la Vera.

Como ya hemos dicho anteriormente la lápida se encuentra adosada al muro Sur de la Iglesia, en modo horizontal, aunque su verdadera ubicación era en modo vertical.

Más Info y Fuente

EL ARA VOTIVA DE TEJEDA DE TIÉTAR Y SU INFORMACIÓN SOBRE UNA DANZA PRERROMANA
JOSÉ MARíA DOMíNGUEZ MORENO

dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/109838.pdf