La provincia de Castellón, como vimos en la anterior entrada dedicada al Castillo de Miravet, posee un Patrimonio brutal y desconocido, engullido por el Turismo de Sol y Playa que tradicionalmente ha sido promocionado hasta la saciedad por las administraciones, ya que como diría un burócrata «da dinero», pero que como diría un Profesor «no da cultura». Las Tierras Castellonenses estan repletas de Santuarios y Ermitas o Ermitorios, cuyo máximo exponente es el conocidisímo Santuario de la Balma, pero donde también destacan las Ermitas de  la Vallivana, Les Fonts o L,Avella entre otras y el curioso enclave que visitaremos hoy, el Ermitorio de Sant Pau en Albocacer/Albocasser, en el Maestrazgo Castellonense, y su interesantísima y sorprendente colección de Grisallas situadas en su hospedería. que según algunos están plagadas de claves que indicarían su origen Cátaro, recordemos que los  Cátaros fueron aniquilados en el sur de Francia y los que sobrevivieron se instalaron en esta zona del Baix Maestrat.

ermitorio de sant pau albocasser

 

¿Como llegar al Ermitorio de Sant Pau?

El Ermitorio esta situado a unos 3 Km. de Albocásser, en el cruce de las carreteras de Torre de Embesora y de Villafranca del Cid. junto a la carretera de Castellón a Vilafranca. Según se sale de la localidad en dirección a Castellón queda a mano derecha y esta debidamente señalizado.

Entrada al Ermitorio junto a la carretera
Entrada al Ermitorio junto a la carretera

La Ermita

A finales del siglo XVI, y correspondiendo con la tradición sobre la aparición de San Pablo como peregrino a unos pastores, con las curaciones milagrosas y el saneamiento de las aguas cenagosas del prado, las cuales impulsaron y dieron nuevo auge y esplendor al culto y peregrinajes, aunque que ya años antes, en 1568, aparece documentada la ermita, que podría corresponder, a lo que hoy está levantada la sacristía.

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La ermita cuyo origen es de 1617, es de una sola nave rectangular, de tres tramos sin capillas ni crucero, con  coro alto a los pies. Pero si por algo destaca es por su conjunto de pinturas murales realizadas por el maestro Vicente Guilló entre 1687 y 1690. Estos frescos representan, con gran colorido, escenas de la vida de San Pablo  con la leyenda:

«por ser tan hermoso el Cielo, te busco con tanto anhelo. Anno DNI. 1630. Vinsentius Guillo Faciebat«.

En estas pinturas se aprecian las costumbres y modo de vida en aquella época.

La ermita conservaba una reliquia de los huesos de San Pablo en un valioso relicario, desaparecido en la Guerra Civil y sustituida por otra procedente de su sepulcro.

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Vista de la Cabecera y el Coro

La Hospedería

A finales del siglo XVI, junto a la primitiva ermita, comenzó a levantarse la hospedería, ampliada en el siglo XVIII por dos alas porticadas a los lados. La hospedería se articula alrededor de un patio central porticado, desde el cual se accede tanto al templo como a la cocina, chimenea y antiguas cuadras.

Las Grisallas de Sant Pau

La grisalla es una técnica pictórica basada en una pintura monocroma que produce la sensación de ser un relieve escultórico. Fue puesta de moda por diversos pintores en el siglo XIV, quienes la emplearon en bocetos y dibujos preparatorios para lograr un efecto de relieve mediante un claroscuro muy matizado, haciendo diversas gradaciones de un solo color, generalmente gris o amarillo oscuro, buscando un color lo más cercano posible al de la piedra.

Dentro de la Hospedería encontramos un curiosísimo conjunto de pinturas murales de este tipo que son las autenticas protagonistas de todo el Ermitorio, y que se asemejan en parte a las no tan lejanas grisallas del Ermitorio de la Virgen de Les Fonts en Castellfort, también en el Maestrazgo Castellonense.

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Estilísticamente están realizadas según el gusto decorativo vigente en su realización “El Manierismo”, no se conoce el autor pero se evidencia una clara influencia del entorno de Juan de Juanes sobre todo en la composición.

Las principales grisallas las encontramos en la Sala de Reuniones, decorada con pinturas murales anónimas del siglo XVIII, que intentan imitar a  tapices. Se representan la Santa Cena, escenas de la vida de San Pablo (su conversión, bautismo, martirio…) y algunos otros temas complementarios, alegorías, personajes en trajes de época y distintos motivos ornamentales.

Se encuentran de forma aislada un Santo Cristo en la pared derecha y en la opuesta la Virgen del Rosario. Estas pinturas permanecieron encaladas de 1936 a 1955-56.

En otros diversos lugares de los muros, se conservan testimonios pintados y escritos que anónimos visitantes dejaron a su paso por el santuario. Hay también dibujos e inscripciones (seguramente del mismo pintor anonimo de los murales citados), entre ellos un retrato con la inscripción “El Duque de Saboya” (yerno de Felipe II); otra inscripción dice “El Conde de Olivares soy”. Hay también numerosas inscripciones de visitantes de la primera mitad del siglo XVII en valenciano, latín  y castellano.

Grisalla de el Duque de Saboya

La Leyenda  atribuye a unos misteriosos peregrinos que pintaron todas las Grisallas en una sola noche, aunque podrían ser obra del mismo artista que decoró la capilla, Vicent Gulló, autor de los frescos de la Ermita anexa.

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Contacto:

Imágenes del Ermitorio de Sant Pau

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