Hoy vamos a conocer una joya del Románico Molines, La Ermita Románica de Santa Catalina, perdida en los confines de Guadalajara y perteneciente al Señorío de Molina , un ejemplo de la sencillez y belleza de este Arte Medieval y que a la vista de su Arquitectura nos muestra la extraordinaria estética y armonía de su pórtico, que unido a su situación en medio del campo, sin ningún lugar poblado en sus inmediaciones, nos infunden esa paz, y sosiego que buscaban sus constructores.
¿Como llegar a Santa Catalina?
Situada en medio de un triángulo formado por los pueblos de Milmarcos, Labros e Hinojosa, pertenece en realidad al municipio de este último. La Ermita se encuentra en un lateral de la carretera que va de Labros a Milmarcos (CM-2107), entre unos Sabinares y a unos 4 kms entre ambas poblaciones, siendo visible su Pórtico desde la carretera y pudiendo aparcar junto a unas Carrascas para su visita.
Estado
Pese a tener mas de 800 años, luce un excelente estado después de su ultima restauración y limpieza de sus muros y pórtico. El interior se encuentra cerrado, o al menos lo he encontrado así en las dos visitas que he hecho al edificio.
Una larga y dilatada Historia.
La Iglesia (hoy Ermita) fue construida en la segunda mitad del siglo XII como iglesia parroquial para dar servicio al núcleo de Torralvilla, que fue despoblado hacia el siglo XVII y del cual la ermita de Santa Catalina es su único resto, no habiendo restos visibles del Despoblado medieval en los alrededores.
Se sabe que tuvo una Espadaña como Torre, pero esta acabo desplomándose con el paso del tiempo, de ahí que llame la atención su carencia de Campanario.
Fue redescubierta en 1971 por el Dr. Layna Serrano, quien publica una reseña de ella en el Libro “La Arquitectura románica en Guadalajara”. Fue declarado BIC con categoría de Monumento en 1992. (texto).
El Edificio y el Pórtico.
Toda la Ermita de San Catalina es de reducidas dimensiones. La planta de la iglesia es irregular: se ensancha desde el ábside hasta los pies de forma gradual, quedando el lateral meridional más corto que el opuesto, detalle que se aprecia tanto en el interior como en el exterior. Tiene una sola nave orientada a levante con un ábside semicircular, precedido de un tramo recto. La puerta de acceso se abre en el lateral meridional de la nave, que aparece cubierto por un pórtico (del cual hablaremos mas detenidamente), construido en sillería y cerrado en su ángulo sureste por un muro, creándose así un recinto de planta cuadrada que en su tiempo fue utilizado como sacristía.
En el exterior del edificio, el ábside es semicircular, quedando iluminado por dos vanos, uno de ellos cegados posteriormente y utilizado como hornacina. El otro vano es de época posterior a la construcción del edificio.
La Portada es de medio punto con cuatro arquivoltas de aristas vivas, cuya exterior se decora con una serie de flores esquematizadas en forma de estrella de ocho puntas. Las arquivoltas se apoyan sobre columnillas adosadas, rematadas con capiteles labrados con hojas de acanto.
El Pórtico porticado orientado al sur, calado su muro por seis arquillos de medio punto que sostienen otros tantos pares de cilíndricas columnas, rematadas en sendos capiteles de decoración vegetal. Sencillos modillones sostienen el alero y a la altura de la cara este del atrio, aparecen hoy tapiados otros tres arcos: uno de los inferiores que servía como entrada por ese lado (en la cara occidental del atrio permanece el auténtico ingreso) y las otras dos hacían el oficio de ventanas.
Llama la atención, la presencia de un león, en el muro sur, junto a una custodia, aunque ambos, león y custodia, ofrecen todo el aspecto de ser copias modernas, quizás basadas en modelos antiguos pertenecientes al propio templo, a excepción de una pata de oca que se localiza en el ábside, algunos detalles curiosos, como un pequeño hueco en la pared, junto al arco de acceso del lado oeste, en cuyo interior se localiza una figurilla femenina que posiblemente representa a la santa. Junto a la pequeña hornacina, otro objeto labrado, pero tan desgastado que resulta poco menos que imposible de identificar.
Otros elementos interesantes se encuentra en los canecillos del ábside. Destacan, principalmente, los siguientes: un dragón, una serpiente enroscada que forma con su cuerpo una espiral, un rostro venerable, una pareja en actitud erótica, aunque bastante deteriorada, un hombre con las piernas abiertas mostrando unos genitales que han sido censurados, los característicos rollos y algún instrumento musical.
El interior de la nave es de extrema sencillez y posee como único detalle decorativo una imposta lisa a la altura del arranque de la bóveda de medio cañón, y el semicircular con bóveda de cuarto de esfera. Se abre a la nave a través de un arco triunfal que recoge la carga de la bóveda de medio cañón, con la que se cubre el presbiterio.
Más Info.
https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/catalogo-patrimonio-cultural/ermita-de-santa-catalina-de-hinojosa
Libro: «Pórticos románicos en las tierras de Castilla» de Jose Arturo Salgado Pantoja.